sábado, 22 de octubre de 2016

La educación obligatoria: 

Un proyecto y una 

realidad social que es preciso  llenar de 

contenidos y de prácticas 

pedagógicas adecuadas.
Capitulo:VI



Proporcionar contenido a un proyecto tan ambicioso, tan complejo y tan opuesto como el que anima a la educación obligatoria, no es tarea fácil; menos aún si se consideran los problemas que plantea la variedad que acabamos de repasar.


Las decisiones acerca de qué es conveniente enseñar se fundamentan en algunas razones básicas:

1)   la visión que se tenga de la naturaleza humana y de sus necesidades.

 2) las funciones que se considera ha de cumplir la educación en un nivel o especialidad determinados.

 3) la valoración de los contenidos considerados relevantes en una determinada cultura y en un momento dado; porque no todo lo que comprende la cultura tiene que ser contemplado por las escuelas.


Partiendo de la consideración de esas tres razones, no es fácil establecer criterios irrebatibles para concretar una propuesta de currículo, puesto que en las sociedades plurales existe variedad de puntos de vista al respecto. 
      

Tratándose de la enseñanza obligatoria, este tema no es menor, ni mucho menos, siendo preciso considerar la importancia de las opciones que se tomen, porque éste es un problema de verdadera trascendencia social que se debe resolver adecuadamente.

"A la educación obligatoria le compete la 

educación general"


La confusión de finalidades que tiene la escolarización, como pudimos ver, nos pone ante la forzosa condición de pensarla en tanto que proyecto que deberá ocuparse de diferentes aspectos del ser humano, de la cultura y de la sociedad a la hora de seleccionar sus contenidos, las actividades a realizar y el trato que debe mantenerse con los educandos.
Como sabemos, la escuela no está sola, ni debe estarlo al procurar la amplia visión de la misión de la educación general que se considera básica para todos.
La difusión de la cultura, la educación social o moral, por ejemplo, no competen únicamente a las escuelas.

Aun con todo, la experiencia que debe proporcionar la educación obligatoria debe seguir siendo general, que es lo mismo que decir que debe ser una experiencia variada para cultivar las posibilidades múltiples de cada sujeto. La escolarización obligatoria tiene que ser, necesariamente, multifuncional.



Este principio encuentra su apoyo en la condición antropológica del ser humano en tanto que ser cultural abierto a infinitas posibilidades, así como en el carácter polifónico de la cultura.

"Una enseñanza obligatoria con contenido 

valioso"

El proyecto moderno de educación valora la reserva del saber en las más variadas facetas de la cultura y quiere difundir ese equipaje a las generaciones que se suceden. Sin tradición que transmitir no hay educación posible.

El saber legado por dicha tradición, en el cual puede y debe especializarse la escuela es, fundamentalmente, aquél que refleja las elaboraciones más valiosas de la cultura o del conocimiento universal en la medida en que pueda ser considerado como tal que no son accesibles a través de la experiencia directa.



"El alumno que aprende es un ser singular al que 

apoyar en su autonomía"

La formación ilustradora es condición de la libertad para pensar, ser y regirse por criterios propios; es el medio de poder configurar una trayectoria en la vida y en la sociedad. Es decir, la libertad asentada en la educación es el único camino para la autonomía del individuo, para huir de la heteronomía que supone la exclusión y la dependencia de los no instruidos.

Debemos asumir la idea de que, con la educación obligatoria, estamos ayudando a configurarse a un ser autónomo al que hay que darle grados adecuados de autonomía para que sepa valorar la libertad y aprenda a usarla. 


Hay que hacer de las actividades de aprendizaje ocasiones para que el sujeto se exprese en lo que hace, que se pueda distinguir de los demás, que se constituya como individuo singular. Para ello es preciso una pedagogía, un clima de aprendizaje y unas instituciones que toleren y estimulen la individualidad. 

Esfuerzo y disciplina son compatibles con un clima de relaciones interpersonales e institucionales cargados de racionalidad y desprovistos de temores e inhibiciones. 

Son precisos profesores bien cultivados, dotados de sensibilidad y buen sentido común pedagógico, adecuadamente seleccionados, continuamente perfeccionados, profesionalmente motivados, que puedan vivir con dignidad de su profesión y que se sientan política, familiar y socialmente apoyados en su misión, para poder lograr sistemas educativos de calidad.



Integrantes:

Yaraceth Murillo.
Anahi juarez.
Andrea Espinoza.
Nanci Gutierres.
Luis Felipe Aguiar.
Abel Gamaliel Martinez.
Jeffrey Miranda.
Juan Pablo Aragon.
Luis donaldo Romero.


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